Como
diría S. M. don Juan Carlos, me llena de orgullo y satisfacción ver hoy
aquí a una gran parte de la familia del judo orensano, familia de la que me
considero legítimo padre, y abuelo también.
Hay un tango, creo que se llama volver -por favor que no cunda el
pánico, no voy a cantar- en el que se dice que 20 años son nada. Veinte años no
serán muchos, pero 45 ya son algo y eso es la trayectoria vital del judo
orensano que ha conocido tres etapas, en
paralelo con la historia de nuestro país.
La primera, en la época de Franco, en
el Pabellón de Deportes, Con José Luis Gómez Llamas, cinturón marrón, comenzó
la práctica del judo. En junio de 1970 me hago cargo de las clases y de ese
tiempo están hoy aquí Gómez Barril, Celso (nuestro primer cinturón negro),
Manolo, al que algunos están esperando que cumpla los noventa para intentar
hacerle algo, Amorín, y no sé si hay alguno más. Se empezó en unas colchonetas
de esparto que al acabar de hacer las caídas había que salir fuera para que
bajara la nube de polvo; como dato singular de aquella época, todo el mundo
dejaba la ropa con el dinero en el vestuario, nunca faltó nada. Hacíamos
también lucha libre olímpica y sambo. Tenemos que recordar de ese tiempo a
Sita, que participó en el primer Campeonato de España femenino en 1972
celebrado en Madrid.
La segunda etapa fue, a partir de
1974 en la calle Manuel Pereira y los colegios de Salesianos, Maristas,
Concepción Arenal y Franciscanas; y de ese tiempo cercano ya al reinado de don Juan Carlos sois la mayoría de
los veteranos. Desde aquí un recuerdo para Tutusa, que ya no está entre
nosotros, nuestra subcampeona de España de judo de 1975, en Córdoba, cuando
solo había tres categorías de peso. De este tiempo viene la Copa Diputación, el
Torneo Experimental y el Randori Infantil, verdadero modelo del judo
participativo.
La tercera etapa es en el Marbel, a
partir de 1997, en la que estáis los más jóvenes y competidores experimentados,
con grandes éxitos nacionales e internaciones, que coinciden con el reinado de
don Felipe VI, y aquí tenemos a dos consolidados competidores. Christian, triple
campeón de España de jiu-jitsu. Felipe, actual subcampeón de Europa, con dos
medallas continentales en su haber, así
como competidoras en alza, como Anita y Tamara, medallistas nacionales de este
año.
Termino
ya, felicitando a los hoy galardonados, así como a todos los practicantes recordándoles
que tengan siempre presente uno de los dos pilares del judo, el jitakyoei, que significa ayuda y prosperidad
mutua; es decir, además de nuestro esfuerzo personal, solo se puede progresar
con la ayuda de nuestros compañeros, rivales, entrenadores y maestros, así como
aquellas personas de nuestro entorno afectivo que nos animan y alientan. Felicitación
suplementaria para Anita, Felipe, Otero y demás miembros de la organización de
esta gala, por el entusiasmo y esfuerzo derrochado en su preparación. Espero
que hayan quedado escarmentados.
Foto: Javier Otero
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