martes, 10 de abril de 2012

El consumo diario de carne roja reduce las expectativas de vida


Escrito por: Sara Carreira
La voz de Galicia(14/03/2012)


Todo en exceso es malo, pero si se trata de carne roja, es peor. Esto no era ningún secreto para los endocrinos, pero ahora se ha corroborado con un trabajo desarrollado en el departamento de nutrición de la Universidad de Harvard y publicado en la revista Archives of Internal Medicine (AIM).

Los investigadores han analizado los datos de dos trabajos muy completos: el Estudio de Seguimiento de Profesionales de la Salud, con informes de 37.698 hombres a lo largo de 22 años; y el Estudio de Salud de las Enfermeras, con datos de 83.644 mujeres obtenidos en 28 años. Los participantes iniciaron los trabajos sin enfermedades cardiovasculares ni cáncer, y contestaban a cuestionarios sobre dietas hechos cada cuatro años.

A partir de ahí, se detectó que comer cada día carnes rojas no procesadas incrementaba el riesgo de mortalidad en un 13 % y si el consumo era de carnes procesadas -beicon o salchichas, por ejemplo- el riesgo subía un 20 %. La carne contiene hierro hemo, grasas saturadas, sodio y nitritos, especialmente la procesada.

Una de las claves del estudio, además del volumen de población analizada y el tiempo dedicado, es que valora la evolución de personas que son grandes consumidoras de carne, mientras que habitualmente en los trabajos sobre una población se incluye un grupo más o menos importante de vegetarianos. En este caso, se sabía cuánta carne -procesada y no procesada- tomaban los participantes, por lo tanto las conclusiones deberían ser más exactas.

Con la comida, se valoró el estilo de vida de los voluntarios, y se descubrió que quienes tomaban carne a diario eran más proclives a beber alcohol, fumar y hacer una vida más sedentaria; este grupo mostraba una mayor ingesta de calorías totales, pero menor en lo que a frutas, granos y verduras se refiere.

Sustitución positiva

Además, los investigadores apuntan a que hasta ahora ningún estudio ha examinado la sustitución de carne roja por otros componentes, valorando cómo repercute esto en la salud.

Partiendo de la base de que una persona coma diariamente una ración de carne roja -puede ser el beicon del desayuno americano, por ejemplo-, eliminar un día a la semana este elemento es altamente beneficioso. Así, sustituir la carne por ave, pescado, frutos secos, legumbres, lácteos semidesnatados o cereales integrales puede suponer reducir en un 20 % los riesgos de sufrir un problema coronario o cáncer. O limitar la máximo la cantidad: se estima que el 9 % de las muertes masculinas y un 7 % de las de mujeres se podrían prevenir si las personas que comen todos los días carne roja lo hacen de una forma tan moderada que al cabo de la semana no superen los 300 gramos.


«En las dietas hiperproteicas el problema es lo que dejas de tomar»

Teresa Martínez Ramonde es endocrinóloga en el Chuac coruñés. Conocedora del estudio publicado en AIM, considera que es fiable, aunque, «como todos los estudios de población, hay que interpretarlo con cautela».

-Se dice que comer menos de 300 gramos de carne roja a la semana baja los riesgos, ¿está de acuerdo?
-Lo que está claro es que la carne roja y con grasa en exceso no es buena. La cantidad depende de cada persona, pero sí es conveniente combinar este tipo de carne con otros productos.

-Tampoco será igual toda la carne.
-Entendemos por carne roja la de cerdo y ternera, pero obviamente hay diferencias, y una ración de carne de ternera magra no debe dar mayores problemas.

-Dietas de moda, como la Dukan, proponen basar la alimentación en la carne. ¿Un error?
-Por supuesto. Tomar demasiadas proteínas animales puede llevar a problemas renales o hipertensión, pero en las dietas hiperproteicas el problema no es tanto lo que comes, que también, sino lo que dejas de tomar. Disminuir los hidratos de carbono sí supone una pérdida de agua importante, por eso se adelgaza, pero los hidratos son la fuente de energía del cerebro, y al cerebro no le valen imitaciones. Además, este tipo de dietas causan problemas en otras células muy importantes, como son las cardíacas.

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