Fuente: newsletter BH Hipower.
1- Mente en forma. Numerosos estudios han constatado que, a medida que envejecemos, la práctica regular de ejercicio ayuda a mantener nuestro cerebro en forma. Dos estudios presentados recientemente en la última Conferencia Internacional de la Asociación de Alzheimer mostró que las personas de la tercera edad que se ejercitaban con mayor frecuencia tenían una discapacidad cognitiva considerablemente menor que aquellos que no practicaban ejercicio.
2- Prevención de la osteoporosis: Según Larry McLeary, jefe de neurocirugía del Hospital Infantil de Denver, la práctica de ejercicio ayuda a prevenir la aparición de osteoporosis, la pérdida de masa ósea, el riesgo de fracturas y caídas asociadas a ellas. Algunos ejercicios que ayudan a prevenirla incluyen ejercicio aeróbico, entrenamiento con resistencia e incluso ejercicios para incrementar el equilibrio y agilidad.
3- Mejor vida sexual: El ejercicio ayuda a mejorar la circulación, y de esta forma, a reducir también el riesgo de padecer disfunción sexual. Además, el ejercicio ayuda a mejorar el humor y la autoestima, lo que contribuye a mejorar la vida en pareja.
4- Mejora de la estructura muscular: A medida que cumplimos años, la masa muscular comienza a disminuir como consecuencia de la edad y, en ciertos casos, de bajos niveles de actividad física o de dolores articulares. Por eso, a medida que envejecemos es más importante mantener nuestra masa muscular mediante entrenamiento de fuerza y equilibrio.
5- Mejores digestiones: Aunque el estreñimiento puede deberse a diversos factores, la falta de ejercicio puede ser una causa muy importante. El ejercicio ayuda a incrementar la hidratación y una mejora de nuestra dieta.
6- Menor estrés: El ejercicio reduce los niveles de hormonas como la cortisona, adrenalina y norepinefrina, causantes de altos niveles de estrés. Además, ayuda a elevar los niveles de serotonina, popularmente conocida como la “hormona de la felicidad”. El ejercio ayuda a prevenir la depresión, la ansiedad y el mal humor.
7- Reduce el riesgo de cáncer: La inactividad está asociada con el aumento del riesgo de numerosos tipos de cáncer, como los de colon o el de pecho. La práctica de ejercicio se ha asociado a beneficios sobre el sistema inmunitario que detectan y eliminan las células cancerígenas, así como a la mejora del aparato cardio-respiratorio, niveles hormonales y metabólicos.
8- Reduce el riesgo de apoplejías: Dado que los mayores factores de riesgo de sufrir una apoplejía es una alta presión arterial y enfermedades cardiacas, el ejercicio es crucial para mejorar la circulación sanguínea y cardiovascular. Los centros estadounidenses de control y prevención de enfermedades recomiendan al menos 30 minutos de ejercicio moderado al menos 5 días por semana para una salud óptima.
9- Una piel más sana y cuidada: La mejora del riego sanguíneo que se produce gracias al ejercicio contribuye a conseguir una piel mejor, más oxigenada y nutrida y con menos residuos. Es como limpiar la piel desde dentro.